18.1.07

Explicación

No es por deciros nada,
sino para vivir eternamente
por lo que escribo esto.
Es mi codicia lo que amáis.
No me he quedado con nada.
He despreciado todos los honores.
Imperial y misteriosa,
mi codicia os ha hecho esclavos.

                     Leonard Cohen

16.1.07

5 tonterías, 5

Quede muy claro que hago responsable de este post a mi reciente amigo rythmduel (ya sabéis quién es el maestro armero, en este caso). Me invita a contar "cinco cosas de mí mismo que no haya contado en mi blog, y por tanto se suponga que mis lectores (los asiduos, se entiende) no saben de mí". Desde luego, son cosas que no sé a cuento de qué iba a contar si no, así que bueno, allá van:

1.- Una de las facetas más estimulantes de mi anterior trabajo se desarrollaba a cuarenta metros del suelo, en torres de comunicaciones: subías, te atabas y te soltabas de manos para trabajar, a veces durante varias horas. Para quien no haya experimentado algo parecido, decir que pese a las medidas de seguridad, el cuerpo ve el vacío a los pies y segrega adrenalina de un modo que, cuando deja de ser tu actividad habitual, tienes mono.

2.- Soy un estuche de habilidades inútiles: muevo la nariz, las cejas (por separado: Sobera, bueh) y las orejas. Puedo cruzar los dedos de los pies (si no llevas sandalias, vale para mentir sin que te pillen), y doblar sólo la primera falange de cada dedo de las manos, manteniendo recto el resto del dedo (esto es difícil de explicar, si puedo pondré una foto).

3.- En mi familia (sobre todo la política), tengo fama de que siempre encuentro sitio para aparcar. Por algo será.

4.- Una para mayores de cuarenta: he compartido en muchas ocasiones mesa y mantel -e incluso habitación de hotel- con el abuelo de la Saga de los Porretas. Es un personaje por sí mismo, y sin necesidad de guionistas.

5.- No soy médico pero escribo como si lo fuera: llevo tantos años haciéndolo a máquina primero y luego con ordenador, que cuando tengo que usar lápiz o boli, nadie que no sea yo -y a veces ni siquiera yo- entiende aquello (no he probado con un farmacéutico). La solución de escribir siempre en mayúsculas no siempre funciona.

Para terminar, me tomo un antigripal para no contagiar el virus a otros cinco incautos. No soy capaz de rechazar una invitación (soy así de amable y simpático), pero es que estas cosas me cuestan mucho trabajo, y no quiero maltratar a nadie...

15.1.07

Comenta, que algo queda

Llevo suficientes años moviéndome por Internet como para conocer lo suficiente acerca de la netiqueta que cualquiera bien educado debe usar en sus relaciones virtuales. Nunca escribo con mayúsculas, siempre pongo asunto en mis mensajes de correo, no hago caso a los trolls. No recuerdo ninguna vez en la que le haya dado caña a alguien o no haya sido medianamente descortés sin pretenderlo.

Pero en esto de retransmitir la crónica de mi vida y de las pequeñas tonterías que a veces se me ocurren desde luego me reconozco ignorante. Resulta raro que esas pequeñas ocurrencias acaben siendo leídas por otros, y mucho más raro que esos otros se tomen la molestia de hacer comentarios al respecto.

Si hay por ahí algún lector asiduo, habrá comprobado que prácticamente nunca contesto a los comentarios. Tal vez alguien haya dejado uno o siete y se haya sentido menospreciado por mí, porque no he contestado a sus apostillas. Veo que otros blogs de los que más leo contestan a todos los que les escriben. Tal vez debería hacerlo yo también.


Pero es que, normalmente, no sé qué decir. No salgo de mi sorpresa cuando veo que nosecuantas personas han entrado en este espacio, y algunas incluso se han paseado por él durante diez, veinte o cincuenta minutos. Eso me apabulla hasta el punto de que en momentos decido no mirar las estadísticas, porque me descubro pendiente de ellas de un modo que me parece por momentos insano. No porque las mire muy frecuentemente, sino porque me doy cuenta de que me importan tal vez más de lo que deberían, sobre todo cuando veo que suben de una semana a otra.

Escribo para que me lean, pero cuando alguien me dice que me ha leído siento mucha vergüenza, llego incluso a ruborizarme (a mi edad, tiene narices). Y si es en directo, no os podéis hacer idea.

No sé si lo correcto sería demostrar que las apostillas me halagan por el interés que suponen, y me interesan por lo que aportan. No sé si debería contestarlas o no, pero desde luego me gustaría que cualquiera que pase por este espacio y quiera dejar su firma se sienta no sólo libre de hacerlo, sino además invitado a ello. Y sobre todo, agradecido, muy agradecido por mi parte.

8.1.07

Placer

A ver quién averigua, de un primer vistazo, de dónde sale esto:


Por el otro lado, dice -entre otras cositas- lo siguiente:


¿Ya sabes de qué va? Pues sí, justo en eso en lo que estabas pensando. ¿Hay algo mejor en la vida?

Desde luego, a mí me encanta. Solo o, mejor aún, en buena compañia. Sean cuales sean tus preferencias, por mi parte te invito.

6.1.07

Regalos

Da que pensar hasta qué punto Internet se cuela, poco a poco, en mi/nuestra vida.

La cosa es tan así que los regalos estrella de estos Reyes han llegado a casa de un modo u otro a través de los bits:


Para Petardo, un reloj binario, imposible de encontrar en mi ciudad: lo tuve que pedir pro Internet. Para quienes no lo conozcan, es un relog tan digital que en lugar de mostrar las horas y los minutos como números, los muestra como combinaciones de unos y ceros, representados por lucecitas encendidas o apagadas, según sea el caso. Lo único que no me gusta es ser yo quien lo ha regalado, y no quien lo ha recibido. En su día lo vi en Microsiervos, ¡¡y me lo pedí yo primer, jo!! Pero bueno, por un hijo se hace todo.



De los mismos chicos es la culpa de que se el poseedor de uno de los ya casi legendarios Lidlscopios. Por una vez, tengo un gadget que uno de ellos desea y no tiene. Para lo que me gusta y acostumbro (e incluso predico) es un regalo caro y poco útil (?), pero como dice mi Maripé, es algo de lo que tengo ganas desde que nos conocemos (hace más de media vida), así que según parece me lo tengo más que merecido (debe de ser por la paciencia, porque no se me ocurren más motivos). En cualquier caso, la cosa tiene miga: dos días seguidos de niebla cerrada, no se veía más que una valla publicitaria que está al otro lado de la calle, y a ratos ni eso.

Y finalmente, algo que ya me había regalado, a su manera, Amanda. Los de oriente tomaron nota, y fíjate tú:


Creo que este año debo de haber sido muy bueno, porque si no, no se explican estos regalos y alguno más que ha caído. Ni esto, ni el hecho de que aparezcan determinadas personas que voy encontrando por aquí. Gente sin rostro pero llena de palabras, de ideas y de sabiduría. Ya he nombrado a una, y no nombraré al resto para no olvidarme de nadie. Otro día me explayaré a placer sobre este tema, pero quede claro que -sin foto- es todo un regalo, tal vez el mejor.

3.1.07

Velocidad


Para iniciar el año, nada mejor.

Te acuestas e inmediatamente se pone en marcha la montaña rusa: a un lado, al otro, un looping completo. Disney, Port Aventura e Isla Mágica en la intimidad de tu dormitorio.

Jodías cervicales...

1.1.07

¡Atención!

Aviso a toda la población:

El simulacro de Paz y Amor ha finalizado. Guarden los langostinos, insulten a sus cuñados y disuélvanse.