8.6.08

Ella (tú)

Se despidió públicamente. No era la primera vez que lo hacía, pero supe que ahora sí era de verdad, que abandonaba el personaje que había representado ante todos nosotros durante años. No me dijo adiós personalmente, no tuvo una atención personal conmigo. Y no me importó porque entendí que entre tantas cosas en su vida -tan dura últimamente-, y con tanta gente magnífica y brillante a su alrededor, lo que mis pequeñas y esporádicas palabras representaban no era relevante en su día a día.

No dije nada, no le escribí en ese momento. Puse una marca en su casillero, para hacerlo más adelante, cuando lo que la obligaba a dejarnos estuviera más curado. Por otra parte, pensé que si quería despedirse era cruel intentar retenerla de nuestro lado, aunque fuera mediante los minúsculos hilos que anudamos formando palabras.


Días después recibí la visita de una desconocida. Se presentó de un modo escueto y amable, me dejó su dirección y desapareció. La guardé y casi la olvidé, braceando con dificultad entre viajes, estudios y esas cosas que devoran nuestras horas, días, semanas. Luego comencé a visitarla de modo esporádico y me fue enganchando la maestría con que construía sus frases, la dulzura que se escondía tras ellas.

Supongo que hubo varios detalles que me fueron poniendo sobre aviso. Los libros, la comida. ¡El chocolate! Sin embargo, no recuerdo qué fue exactamente lo que me hizo darme cuenta, y después estar seguro. Pero cuando caí, fue como reconocer una ciudad que hace tiempo que no se recorre, o de qué modo ha cambiado la cara del compañero de instituto al que vuelves a ver tras veinte años. Poco a poco vas recomponiendo los rincones, las arrugas, los gestos, los edificios. Ves que lo esencial sigue igual, escondido bajo la piel que no conocías, tras las fachadas renovadas.

Gracias, amiga, por dejarme encontrarte. Por estar ahí, por ser tú.

Prometo no decírselo a nadie.

4 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Quisiera ser ella, aunque sea para que alguien me escriba algo así.

Paqui dijo...

Bueno, pues no nos lo digas, jeje.
Uhhh..., a mi si, eh? que yo no digo nada.
Besitos

Anónimo dijo...

Siempre escribiendo para la bella terra incognita, terra para tí e incognita par los demás. Te falta poner el "adivina adivinanza". Muy bonito de todas formas.

servidora dijo...

:-)

Pero es que era fácil de reconocer ;-)