No se enteran de nada. Siguen jugando a sus juegos, en sus reuniones exclusivas, en sus torres de cristal. Se sienten seguros, convencidos de que el mundo seguirá siendo como ellos desean, sometido a sus intereses.
Y probablemente así será. El poder seguirá siendo suyo, pero cada vez estarán menos seguros. En español, unos perroflautas (se) organizan y les montan un tinglao pocos días antes de las elecciones, y cambian la dirección de cientos de miles de votos. En islandés, por fin un político negligente (o corrupto) se sienta ante un juez por vender su país a los bancos. En italiano, ven como un referendum que pretendían minimizar ha crecido y crecido, y finalmente les ha estallado en la cara(dura).
Dice nuestro futuro no presidente que sin Internet estaríamos más seguros. Se equivoca únicamente en la persona en la que conjuga. Son ellos los que estarían más seguros, a salvo de los ciudadanos que les votaron, y que antes o después acabarán por pedir que se cumplan sus deseos. Aunque de modo ignorante, o hipócrita o maquiavélico conviertan en terroristas a unos hackers.
Muchas veces dudo y creo que son retorcidos y olvidan de qué modo la manipulación de la información le puede amargar la vida a un gobierrno, y de qué modo lo pueden acabar pagando en las urnas. Pero finalmente, acabo pensando que simplemente no tienen ni puta idea de lo que va esto.
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