No necesariamente por este orden:
La canción del anuncio de El Almendro.
Que se confunda la generosidad con el derroche.
La peste de colonias con nombre y cara (es decir: jeta) de famosete.
Las fachadas hiperiluminadas de El Corte Inglés.
Que mi única alegría navideña sea que un hijoputa no va a comer más turrón.
El cada año más hortera anuncio de Freixenet.
La invasión de Papás Noeles trepabalcones.
Que quien se niega a seguir la corriente sea tachado de fundamentalista o de tacaño.
La alegría y la bondad impostadas y a fecha fija.
Que toda esta mierda historia comience en el mes de noviembre (de momento).
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