11.10.07

Día de fiesta nacional

Es la pera. Llevaba un tiempo sujetándome para no desbarrar y no desvaríar. Pero él lo ha logrado.

Me da igual, señor. No me siento ni orgulloso ni avergonzado de nacer donde nací, de vivir donde vivo y de hablar lo que hablo. Si de algo me enorgullezco es de pensar por mí mismo y mantenerme ajeno a sus consignas, y a las de los otros. Y si de algo me avergüenzo es de que me representen señores como usted y su padrino en la sombra, con independencia de que haya sido con mi voto o no.

Ustedes sólo agudizan mi esquizofrenia.

Como soy un sensible, me cabrean los patrioteros, los nacionalistas y los independentistas por igual. Sean españoles, polacos o bosnios.

Como soy un insensible, me traen al pairo las banderas, los himnos y los símbolos patrios. Es más, siento un autismo cerril ante la idea de la patria, que ni fu ni fa, ni do ni re.

Como la música es parte de mi vida, y sí que me toca en lo hondo, cuando llegan días tan señalados tengo en mi mente una canción que representa lo que pienso y siento. Brassens, traducido por Paco Ibañez; en concreto este trocito:

Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me pudo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado

Y ya puestos, tengo claro qué pueden hacer ustedes con sus himnos, sus banderas y su orgullo patrio. Y cuál es el único gesto que muestra lo que les guardo en mi corazón: éste.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que has dado justo en el clavo. :D

Arcángel Mirón dijo...

Eso es firmeza de carácter. Mis felicitaciones.

Paqui dijo...

Jeje, muy bien dicho. Que coño patriotismo, que coño nacionalismos. Somos ciudadanos del mundo y si no que me lo digan a mí que estoy hasta los .... de los kazajos que también son "ciudadanos del mundo" porque tienen que estar, jeje.

Anónimo dijo...

Cuanto más viejo soy más te doy la razón en que las banderas no son un buen invento pero hay que tener cuidado de no caer en el extremo opuesto de los patrioteros, que los extremos nunca son buenos. Cuando veo los soldados que están en misiones humanitarias, me imagino que ellos ven desde esos lejanos países la bandera y lo que representa para ellos, no es la patria, sino el hogar que tienen lejos, la familia que han dejado para venirse a construir puentes o a poner hospitales donde mucha gente ven una atención médica decente por primera vez en su vida. Y cuando alguno muere en esas misiones y a la viuda se le entrega la bandera con la que cubren el ataúd, para ti o para mí, puede no significar nada pero para ella, es encontrar un sentido de porque su marido ya no está allí. Por eso digo que hay que ser cuidadoso con los gestos. No hay que ser políticamente correcto sino humanamente correcto con las convicciones de los demás.Y perdón por la apostilla tan larga.

neoGurb dijo...

Ya sabes, Luis, que siempre pretendo ser correcto con las convicciones de los demás. Por eso no me dedico a quemar banderas ni a hacer sonar el himno de Riego en días tan señalados. Me temo que no acabo de entender qué orgullo puede existir en la idea de la patria. Sí en cambio en la familia, en los amigos y el hogar. Pero todo eso me resulta difícil de identificar con un trapito de colores.

Y por supuesto que mis mejores deseos en griego no son para quienes sienten la patria, el himno (con o sin letra) o la bandera (con escudo, pollo o toro, que esa es otra) en el corazón, sino para esos tipos que arengan a unos patrioteros para que se enfrenten con otros patrioteros; considerando, digo yo, que eso es hacer política.

(Y un comentario amplio no molesta, se agradece)

Anónimo dijo...

Hace mucho tiempo conocí a un bosnio teniente de su antiguo ejército, después de la terrorífica guerra que asoló su país.
El buen hombre había combatido y, más adelante, siguió sirviendo a su país como enlace diplomático por medio mundo.
De Polonia poco sé, de Catalunya sé bastante como puedes imaginar, de Bosnia sé lo suficiente como para comprender que nadie puede discutir su posible "nacionalismo".
Su población votó masivamente por la independencia, un 90% de ella decidió desprenderse del "yugo" por muchos sacrificios que costara.
El "nacionalismo" bosnio es tan relativo y, a la vez, tan humano, que se ha convertido en ejemplo. Por lo menos en memoria de todos los que han muerto o sido destrozados por conseguir algo tan legítimo.