7.3.07

Asco

Tiendo a aislarme del mundo exterior. Durante largas temporadas, no he sentido la necesidad de ver los telediarios, oir las tertulias de la radio, leer los periódicos.

Si en alguna ocasión me he sentido ligeramente culpable por hacerlo (aquello de la torre de marfil y demás), estos días he ido acumulando motivos para añorar esas temporadas de sordera con relación a todo lo que se sitúe a más de quince metros de mi ombligo. Y hoy he terminado ahíto de tragar basura, de unos y de otros.


No voy a concretar más ni a poner enlaces que les apunten ni a afirmar mis opiniones sobre argumentos del tipo la mía es más grande o y tú más y tus amigos también. No merecen ser citados ni apuntados. En lugar de un link, hoy les dedico a todos ellos el más grande de los desprecios.

Que les den.

5.3.07

Pequeñas alegrías

Brevemente:

- Mi hijo y un gran amigo me han pedido que les instale Linux en sus ordenadores. Y encima, han quedado contentos con el resultado.

- Estreno de verdad del telescopio: el eclipse de luna del otro día. Desde la ventana del salón, en mitad de la ciudad. No es el mejor sitio, pero a cambio todos los de la familia -de ocho a ochenta- disfrutamos del espectáculo.

- Aún estamos viendo la ceremonia de los Oscar de este año. Da igual que se entregasen hace una semana, siguen siendo un espectáculo para disfrutar cuando hay tiempo, con sofá y chocolate ;-). M'encanta, sí.

Por lo demás, que nadie se preocupe: todo está bien, pero tengo mucho a lo que atender. Y todo lo que ahora recuerdo tener en tareas pendientes me apetece hacerlo, así que no hay agobio ni estrés. El blog sigue vivo, pero necesito hibernarlo para atender a otras cosas, a otras personas. Tal vez lo despierte mañana, tal vez dentro de quince días.

No se vayan todavía, aún hay más.