En un par de horas o así recuerda uno las sensaciones que le llevaron a convertirse en un lector compulsivo.
El coche se va quedando frío poco a poco, y la luz de una farola tal vez no sea la ideal. Cuando uno llega a la última carta, la emoción se multiplica. Y el epílogo escrito por alguien ajeno a la trama añade la parte de realidad necesaria para que la historia se ancle definitivamente en el corazón.
Poco importa el desconocimiento de la literatura inglesa, los huecos en una trama tan lineal como exquisita, que no necesita narración para ser contada ni diálogos para mantener sus conversaciones.
84 Charing Cross Road. Helene Hanff. Editorial Anagrama. 13 Euros.
Tal vez encuentres un motivo para agradecer la Navidad, o para que alguien a quien quieres la agradezca.
3 comentarios:
Hola, por fin actualizas el blog, eso quiere decir que has tenido un ratito libre, del poco que tienes que se que está superliado.
Aprovecha la lectura ahora de cara a las vacaciones y disfruta.
Un besito
Los mitos de la cultura inglesa ya merecen ser un libro en sí mismos. La puntualidad como única opción, la sangre fría hasta lo inconcebible, la rigidez, el humor tan particular, la educación acorsetada. Argentina parece ser lo opuesto a todo esto, y tal vez es por eso que lo inglés me atrae en cierto punto.
La literatura debe tener algo de eso, también.
Eso inspira la literatura inglesa, un poco de nostalgia, de almas bucólicas, de tardes grises y húmedas, con las calles y los caminos cubiertos de niebla. Me quedo con la nostagia mediterránea, al menos tiene esa luz especial que les falta a las culturas del norte, más atlánticas. Me quedo con el sol abrasador antes que con la lluvia perpetua, pero como dijo Serrat "contra gustos no hay disputas".
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