17.4.10

En blanco

Hace algún tiempo también la vi comprando en el hiper. Al llegar a casa, le dije a mi Baronesa "He visto a Lupe, la pija, aquella amiga tuya". En aquella ocasión ni siquiera la saludé porque creí que no me había visto, y tampoco es que mi relación con ella llegase a ser cercana como para no dejar pasar la oportunidad.

Esta tarde íbamos los dos, y en el mismo sitio, mientras pagábamos, la vi en una caja cercana. Era evidente que en esta ocasión sí me vería y saludaría, así que llamé la atención de mi media naranja, "mira, ahí está Lupe". Antes de que me pudiera contestar, mientras yo pagaba, Lupe nos miró y sonrió, y se dirigió sólo a mi.

Lo malo no es que no la saludase a ella. Es que me saludó llamándome por mi nombre. Y a ella, ni una palabra.

Mi chica no la conocía de nada. No solamente no era la tal Lupe, lo cual indica mis magníficas dotes como fisonomista. Lo realmente humillante es que por más que me estrujo la cabeza, no tengo ni idea de su nombre, ni qué la conozco.

Y si fuera la primera vez que me pasa...

Joder.

4 comentarios:

Paqui dijo...

Ay, ay, ay!!!! que la memoria nos juega malas pasadas, jeje.
La edad no perdona.
Un beo

Toy folloso dijo...

En caso de ser la Lupe bastante fea, yo no me preocuparía....

Helga F Moreno dijo...

¿Y tu pareja? ¿se quedo un poco... mosca no?
A mi me ha pasado esta situación alguna vez pero con chicos. ¡Ni idea de que les conozco pero ellos parece que a mi si!
Es muy violento y si vas con pareja más aún, violento y comprometedor!
Un saludo!1

Gilda dijo...

Me pasó hace unos meses, en la puerta de un estadio; estaba por entrar a ver a Joaquín Sabina y, de entre la multitud, una chica me llama por mi nombre y me dice "no sabía que te gustaba Sabina", lo que me hizo entender que, me conociera de donde me conociera, no me conocía lo suficiente como para saber que Sabina es uno de mis músicos preferidos pero por otra parte me conocía lo suficiente como para admitir que ignoraba mi afición por Sabina. Complejo, ¿verdad?

Era la chica que atiene el teléfono en la pizzería a la que llamo una vez por semana. La había visto un par de veces.
Hasta que me di cuenta, sudé.