27.4.13

Indurain

Como tantas veces, al leer la entrada de una amiga dudo si escribir un comentario extenso en su blog o una entrada en el mío. Me da un poco de vergüenza escribir un comentario enorme porque siento que me apropio de un espacio que no es mío. Teresa, vaya esto como apostilla a tu reflexión.

Cuando me acercaba a la cuarentena tenía un trabajo en el que ganaba mucho dinero, con una gran responsabilidad y una continua presión. Hubo un momento en que tuve que escoger y escogí: empecé a preparar oposiciones. Con tres niños en casa, trabajando -en teoría- ocho horas diarias y muchos fines de semana, tuve que organizar mi tiempo y mis energías para pelear en ese ambiente que quienes hayáis opositado conocéis. Durante año y medio, mi Baronesa se hizo cargo de niños y casa, e incluso de quitarse de en medio muchas veces para que la casa estuviera silenciosa y que pudiera estudiar. La mitad del éxito fue suyo.

Como decía alguien, una oposición no se aprueba: se gana. El año en que me examiné, gané tres oposiciones, dos de ellas con la mejor nota, por delante de personas que tenían una titulación de la que yo carecía.

(Ahora es cuando la gente hace gestos de sorpresa, admiración o incredulidad. O de cosas que prefiero no interpretar)

Algunos amigos, creyendo halagarme, hacen referencia a mi inteligencia para explicarlo. "Bueno, es que tú, con una vez que te lo leas, ya apruebas". No niego mi inteligencia, pero no es halagador poseer algo que a uno le ha venido dado.

Miguel Indurain contaba en ocasiones que le molestaba muchísimo cuando la gente le llamaba robot, extraterrestre y cosas similares por sus cualidades, por su hieratismo, porque ganaba etapas y tours sin despeinarse. Y contaba que le molestaba porque por mucho que sus cualidades fueran buenas o incluso mejores que las de otros, las montañas eran igual de altas que para los demás y sufría tanto como ellos. En todo caso, lo que le distinguía de ellos no era su magnífico físico, sino su capacidad mental para hacer el esfuerzo y soportar el sufrimiento que el ciclismo implica.

Mis oposiciones no me fueron más fáciles que a otros. La diferencia con esos otros que se quedaron por el camino aunque decían estudiar mucho y estar muy preparados era sencilla, y se compuso de muchas pequeñas cosas: durante año y medio, me impedí leer un libro (quien me conoce sabe el sufrimiento que me supuso). Cuando viajaba a realizar una instalación, o mientras esperaba a un cliente, o por las noches en los hoteles, siempre tenía apuntes para leer. Estudiaba en el baño, en el parque con los niños, en los semáforos. Recuerdo un sábado en que me enchufé doce horas al ordenador, y cuando me levanté dije la famosa frase "ya sé SQL".

Nuestra fortaleza, nuestra inteligencia, nuestra capacidad emocional no nos hace que estemos más cerca de conseguir nuestros objetivos o nuestra estabilidad. Hay que estar dispuestos a renunciar a cosas, a encarar nuestros miedos, a pagar con sudor. Ese sí es el mérito, eso es lo admirable, lo que nos hace mejores y nos permite avanzar y aprobar oposiciones, ganar tours, restañar heridas en el alma.

13 comentarios:

La de la ventana dijo...

Cómo te entiendo, Neo. Sí, sentar precedentes y hacer las cosas con esa falsa facilidad o fluidez es lo que tiene, que la gente se malacostumbra, y lo que haces pierde todo su valor. Pero bueno, somos así. Va en el lote...

hippie pirata dijo...

Eso tiene un nombre: la fuerza de una convicción. Y contra esta fuerza nadie puede luchar

Unknown dijo...

Me acabas de comentar en La belleza y siempre indago un poco quien me comenta, más que nada por lo extraordinario del hecho en sí :-) (ya sabes, son malos tiempos para la blogolírica) Y leo con placer que mi gran amiga Teresa está por aquí, lo cual en sí mismo ya es suficiente cómo para seguirte, porque Teresa no lee y comenta cualquier blog. Así que también de cabeza a mi Feedly.

En relación al post, efectivamente, lo de pagar con sudor es una gran verdad. Nadie te regala nada, y todo cuesta mucho, incluso si tienes ciertas aptitudes y actitud suficiente. Volviendo a las frases cinematográficas, siempre hay que hacer caso al entrenador de Rocky "Hoy es mañana Rocky, hoy es mañana ...". Abrazos.

Aina dijo...

hola, ¿elegiste este día por casualidad?

neoGurb dijo...

Teresa: y si no lo haces, eres una floja o te aferras o...

Pau: en efecto, y tú lo demuestras.

Jean: Bienvenido. Teresa también se puede equivocar, esto es un ejemplo...

Aina: ¿ein?

Aina dijo...

Ein Suspenso te voy a poner, Centinela sin llaves del Burg Neogurb, si no adivinas en un Instante quién soy.

¿Hay recompensa neta en haber luchado y ganado? ¿O quedan secuelas del sufrimiento? (además, si no se gana…). Menos mal que siempre tenemos el Instante para resarcirnos. Incluso en las etapas de alta montaña. Y los amigos. Y los instant-amigos, también llamados "amigos SQL". Je, je, :)

Aina dijo...

¡Felicitaciones, Neogurb! Tu crónica me ha dado que pensar durante varios días.
Enumero mis reacciones por orden de aparición:

1- ¡Qué hombre más presuntuoso! Afirma tenerlo todo: dinero, varios tipos de inteligencia, fuerza de voluntad, energía, firmeza…
2- Veo, veo, que en el texto figuran palabras como : sufrimiento, le molestaba, miedos y heridas. ¡Ah, estamos ante un ser humano!
3- ¿Por qué el autor concede más importancia al VALOR para encarar los retos que a todas las demás cualidades? Me parecen igual de necesarias. ¿Hasta qué punto son innatas? Es discutible. Y aunque en la juventud se poseyeran de manera gratuita, en la edad “madura” van escaseando . Visto desde fuera, el logro que conseguiste, Neogurb, es llamativo.
4- La sociedad sobrevalora algunas cualidades o condiciones sobre otras–por ejemplo la inteligencia en ciencias o tener dinero- . Por eso se idolatra a los que las poseen, al tiempo que se desarrolla una ceguera ante sus esfuerzos. El afectado siempre tiene el recurso de pedir comprensión y mimos.
5- Preguntas que uno mismo se puede plantear: ¿Qué está impidiendo que me lance a por mi objetivo?, ¿no estoy mejor en la medianía, en lo aparentemente fácil? ¿Qué camino me reportaría más beneficios a la larga? ¿Cuáles serían los riesgos? Y la pregunta del millón: ¿Y si mi reto no lo ha conseguido nadie –o sólo unos pocos- y desconozco los pasos a seguir? El descubrimiento de América…

Gracias, Neogurb.

neoGurb dijo...

Aina, me abrumas. Tampoco pretende uno generar tanto trabajo... :-)
Desde luego, te mereces una respuesta, aunque si me descuido puedo acabar haciendo un comentario más largo que el post.

1.- Siempre he dicho que distingo entre humildad y modestia. Pongo un ejemplo que no me afecta en absoluto, porque desde luego mi atractivo físico no es demasiado. Para mí, la modestia consiste en saber que uno es guapo y decir a los demás que no, que no lo es. Humildad es saber que uno es guapo y no creerse mejor que los demás por ello. En cierto modo, asimilo modestia a hipocresía. La modestia no es una virtud, la humildad sí. Me considero humilde, pero no quisiera ser modesto.

2.- Soy muy humano, me afectan muchas cosas además de la kriptonita.

3,4.- Porque las cualidades innatas son parte del sorteo genético. Puedo envidiar al ganador de la bonoloto, pero no le admiro. Si reclamo reconocimiento es por lo que trabajo y por las actitudes ante la vida, no por lo que mis cromosomas me adjudicaron. De igual modo, es el reconocimiento que otorgo a los demás.

5.- Ni puñetera idea. Lo ventajoso de la edad, al menos para mí, es que algunas de esas preguntas las he dejado en el camino. De igual modo que viejas decisiones me trajeron hasta aquí, las actuales me llevarán a un lugar que desconozco. Pero la planificación es poco menos que imposible, porque siempre tenemos delante un árbol que nos oculta el bosque. De modo que hay que decidir con los pocos elementos de juicio (y con el poco juicio) de que uno dispone. Ello me hace ser cada vez menos trascendente, es cierto, pero mi vida se va simplificando.

Es lo que hay, que no es poco: me doy cuenta de que el post es el resumen de muchos años de cambiar modestia por humildad, de valorar lo que tengo de bueno y de dar de lado determinadas opiniones. Nada de ello me ha resultado fácil.

Por último: ¡sigo sin tener ni puñetera idea de quién eres!

Aina dijo...

Neogurb, creo que te he mirado con unas gafas rápidas…, perdona por lo del punto 1. Estoy de acuerdo en lo de la falsa modestia. Cuesta quitarse de encima las malas costumbres sociales. Siempre estamos –y estoy, aunque me cueste reconocerlo- en la comparación y en la evaluación de competencias ajenas y propias, nos tienen bien aleccionados desde la época escolar, y no digamos en el trabajo. Y de ahí surge la envidieta “sana” y lo que es peor, la envidia malévola , que causa tantos estragos en la convivencia.

Un último apunte: ¡tu relato de superación me inspira ánimos para seguir adelante!

Si te parece, preferiría mantener el anonimato. Lo que comenzó como un juego ha derivado en un interesante experimento : poder ser escuchada sin el peso del condicionamiento social, como una desconocida, que lo soy entre los miles de internautas; usando las palabras puras, sencillas, exentas de paja, aligeradas de la carga del pasado y del ego; explorando nuevas maneras de ser y de decir. Como un RESET, un reinicio de mis circuitos.

Y ahora recuerdo sonriéndome lo de tu “poco juicio”, llámalo creatividad. ¿Aceptas mi experimento?

Aina dijo...

Bien, Neogurb… ya te he dado un plazo, el que a mí me conviene, jee. Tu contéstame cuando te llegue la rodaja de tiempo , que yo mientras tanto… seguiré escribiendo en tu blog… y ya me desdeciré si lo exige el guión (igual te encuentras con un hombre).

¿Que se te acumulan mis preguntas? Pues no pasa ná. El orden de los factores no altera la diversión. ¿Que se te acumulan mis comentarios en avanzadilla a tus supuestos comentarios? Pues deshaces el ovillo y encoges el tiempo, que como es relativo… igual apareces en el inverso del Planeta de los Simios.

Si yo ya sé… que te estás haciendo el despistado, apostado en buena sombra a escuchar mis tonterías. Desde aquí oigo tus risotadas.

Veamos, veamos, qué hay en este blog…

Toy folloso dijo...

No pienso creer que tuvieras el cerebro ocupado en la oposición a tiempo completo y no dejaras unos pocos de millones de neuronas a la música....

Aina (Ana) dijo...

Bien, Neoduraín (jaaaa, suena a electrodoméstico o a pilas nuevas),
ya me he quitado el velo; para mí que ya sabías quién había detrás…

A partir de ahora soy… la inimitable y fantástica… ANA.
Me desprendo de la “i” en aras de la renovación. Da mucha penita pero hay que hacerlo (yo también tengo algo de Induraina).

A ver qué tal suena: Aiiii-na (ay, que no suelto la “i”), A-ni-na (ya va saliendo), Ana-ina (despiste temporal), Anna, Anna (eso es)…, Ana, sencillamente Ana. ¡Oooolé!

Toy folloso dijo...

Anda, mira este post.
Otro puñetazo en el estómago a un pobre infeliz -tímido de nacimiento-, como el recibido hace ocho años cuando contabas lo de la coja y la película de Peter Greenaway.
Se lo muestro a Nuria....