No es noticia, pero más de uno se quedará tranquilo al comprobar que existían, y aún existen.
Existían, existen y están entre nosotros. Si bien no son mortales de necesidad, los daños resultan irreparables. Las autoridades en este caso han decidido no tomar medidas, aunque prefiero no imaginar el motivo.
Por mi parte, siéntanse libres de bombardearles, o llévenselos a Guantánamo.
(Ahora que lo pienso, el título... ¿tal vez no era destrucción, sino distracción? Bueh, total...)
Existían, existen y están entre nosotros. Si bien no son mortales de necesidad, los daños resultan irreparables. Las autoridades en este caso han decidido no tomar medidas, aunque prefiero no imaginar el motivo.
Por mi parte, siéntanse libres de bombardearles, o llévenselos a Guantánamo.
(Ahora que lo pienso, el título... ¿tal vez no era destrucción, sino distracción? Bueh, total...)
1 comentario:
Mi asco y desprecio no conoce límites. E incluye a la mayoría de sus espectadores.
Un saludo.
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