23.7.07

Comer, beber, ¿amar?

El sábado confimé mi teoría de que la especie humana no evoluciona.

Boda y banquete. Lo de siempre, como siempre. O peor.

Ellas, con esos escotes de media teta fuera -y los sujetadores asomando- y esos peinados -¿seguro que les quitaron los rulos?.

Comida para reventar. El buffet en el jardín, los entremeses, el pescado, la carne, la bebida a raudales.

Ellos, con esos trajes -incluso chaleco en el julio extremeño-, con corbatas de nudos enormes -o más aún, de esos retromodernos con alfiler.

La hermana del novio, cigarrillos y un detallito para ellas. El hermano de la novia, puros para ellos.

A quién no le suena todo.

Si bien es cierto que alguna cosa sí varía, no tengo claro que realmente signifique un paso adelante.

En la música de después, el grupo se se sustituye por un tipo con un portátil y los discos por una colección de mp3. Aunque la tercera canción sea "Algo se muere en el alma..."

Y los gritos. ¡Vivan los padrinooooos!... ¡Vivan los novioooos!... ¡Que se beseeeeen!... ¡Con lenguaaaaa!...

Arg.

4 comentarios:

Sebastián Puig dijo...

Pues el otro día estuve en una tan requetepija, que la novia abroncó a los amigos del novio por pedir que se besaran... ¡Por Dios, que falta de nivel! El resto, igual que en tu relato. Pero yo me lo pasé bien: comí de puta madre, hubo Jabugo y copas gratis y luego muy buena música, increíble: hasta la tres bailando con Duncan Dhu, Nacha Pop, Alaska, Tequila, Los Rodríguez, Aviador Dro...

Arcángel Mirón dijo...

Y el carnaval carioca, y el trencito con la corbata anudada en la frente, y tu padre haciendo el ridículo.

Son rituales que irritan pero que nunca dejamos de hacer.

Paqui dijo...

Jejeje, eso nos espera a nosotros en septiembre, además por lo que cuentas será muy parecida la situación.

Ya estoy en Madrid, llamamé para ver cuando vas a la playa y ya te cuento la situación que hemos vivido en Torrevieja, de locura.

Besitos

Anónimo dijo...

No seas tan criticón, pobre gente, ¿son felices así? mejor para ellos, y si no te gusta siempre te queda el recurso de no ir a la boda y, por supuesto, enviar el regalo por acordarse de tí.