
Los veranos son para leer. En cualquiera de sus modalidades clásicas: Sofá, sombrilla o árbol.
Este año me he vuelto más malo. He descubierto que en Internet también se pueden encontrar cientos de libros. Y la consecuencia es que he dejado que mis vicios se apoderen -también- de mi tiempo laboral. Pese a tener a mis compañeros de vacaciones, sigo teniendo varias horas de nulo trabajo, así que aprovecho y continúo en la pantalla del ordenador el libro que estoy leyendo en casa, en el trabajo, en el autobús.
Los libros caen como moscas...
1 comentario:
Vas a tener que hacer (y compartir) listas tú también...
Yo, fíjate, me considero incapaz de leer (un libro) en la pantalla del ordenador. Me gusta, además de leerlos, tocarlos, olerlos, y, ya sabes, subrayarlos. ;)
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